Villanueva del Duque respalda a Rajoy
El Partido Popular multiplica por diez la diferencia obtenida en 2008.
El Partido Popular multiplica por diez la diferencia obtenida en 2008.
El pasado mes Mayo, en este mismo foro político, realizaba una breve reflexión acerca de la importancia real de las pasadas elecciones municipales del 22 de Mayo de 2011. En dicho artículo consideraba a tales comicios electorales, como “las elecciones del inicio del cambio”, ya que si bien es cierto que eran unas elecciones de tipo local, y no nacional, el convulso y crítico contexto político, económico y social en el que se producían, hacía casi imposible obviar el panorama político y social existente en España. Y así parece ser que lo entendieron los millones de españoles, que depositando un voto de confianza en las urnas de aquel domingo primaveral de mayo, sembraron la semilla del cambio en tantos municipios andaluces, no solo en las capitales de provincia, sino en muchos municipios de la Andalucía interior; así como en otras tantas entidades supramunicipales que hasta entonces desconocían el sentido de la alternancia política (Córdoba, Granada, Málaga…). Las pasadas elecciones municipales, en definitiva, iniciaron el camino del cambio político en España.
Al tenor de los múltiples y variados sondeos demoscópicos realizados recientemente por prestigiosos Centros e Institutos de Opinión Pública (CIS, TNS-Demoscopia, Sigma-Dos, Metroscopia, Noxa, Gesop, DYM…) y publicados por los principales medios de comunicación españoles (Antena 3-Onda Cero, Cadena Ser, El Mundo, El País, La Vanguardia, El Periódico, ABC…), el deseo de cambio sigue vigente entre la ciudadanía española, pero éste solamente vendrá de la mano de los españoles el próximo domingo 20 de Noviembre, en unas elecciones legislativas, que como si de una trilogía cinematográfica o literaria se tratase, pueden ser entendidas como la segunda parte de un proceso complejo del cambio político, social y económico, que nuestro país necesita, en el momento quizá, más convulso y crítico de la reciente historia española.
Los comicios del próximo 20 de Noviembre están llamados a marcar el inicio de un nuevo tiempo, un nuevo que tiempo que si bien se prevé que no será fácil, no me cabe la menor duda, que unidos todos juntos (ciudadanos españoles, instituciones políticas, organizaciones políticas, confederaciones sindicales y empresariales) contra cualquiera de las adversidades que puedan presentarse, podremos superarlas sin ambages.
El Partido Popular, organización política a la que pertenezco, bajo los principios que lo refundaron allá por 1989 y que lo constituyen en la actualidad –el centrismo político, el liberalismo político español, los valores de la libertad, la igualdad, la concordia y la justicia que inspiran la España democrática y el reformismo como garantía de progreso y bienestar y de la igualdad de todos los españoles dentro de una economía libre y socialmente avanzada– se presenta a las actuales elecciones legislativas como el abanderado del cambio político que España necesita.
Y lo hace con un sólido programa político, que desde el pragmatismo político e ideológico y bajo el acertado título de “Más Sociedad y mejor Gobierno”, presenta un compromiso real y efectivo del Partido Popular con los españoles, en una situación tan social y económicamente comprometida como la actual.
Frente al cambio político que presenta el Partido Popular, el PSOE y su candidato Alfredo P. Rubalcaba, miembro destacado de los gobiernos socialistas de J. L. Rodríguez Zapatero (ocupó la cartera de Interior y la Vicepresidencia y portavocía del Gobierno), una “losa” que le ha pesado durante toda la campaña, se ha presentado claramente como el candidato de la resignación y la incapacidad, enmarcados en una candidatura que representa una clara continuidad de un proyecto evidentemente fracasado (prueba de ello son sus cabezas de cartel en algunas singulares circunscripciones provinciales: M. Chaves, A. Guerra, J. M. Barreda, C. Chacón, A. Camacho, T. Jiménez, L. Pajín…).
Ante la clarividente ausencia de un proyecto renovador y falto de credibilidad, el candidato socialista y su “vieja guarda pretoriana” (González, Guerra, Chaves, Blanco y compañía), se han dedicado una vez más a airear la ya manida estrategia del miedo y la intimidación, al estilo de las clásicas películas sobre mafias y gansters. Los “revivals” líderes socialistas, al igual que ya hicieron en pasadas campañas electorales de 1996, 2000, 2004 o 2009, por citar solamente algunos casos, han sacado a pasear a sus temidos “dóbermans” por toda España, al grito de: “Que viene la derecha, que viene la derecha, parémosla!!”, todo ello apoyado en la engrasada maquinaria mediática socialista que le ha dado la suficiente cobertura comunicativa (basta con echar un vistazo a las portadas y editoriales de diarios próximos a la Calle Ferraz, como el diario Público o el diario El País o a los programas radiofónicos de la cadena de Prisa), en un intento por que ésta cale en el mayor número de ciudadanos posibles.
Dos estrategias electorales por tanto antagónicas, por un lado la del Partido Popular, cuyos principios rectores han sido la moderación política, la sensatez y concordia política, y la voluntad de acuerdos; y por otro lado la planteada por el equipo del PSOE, cuyos principios mantenidos han sido el radicalismo ideológico, la demagogia y manipulación política y la especulación política sistemática (prueba de ello fue el debate electoral celebrado entre los dos principales candidatos).
Sí analizamos con cierto detalle el programa electoral presentado por el Partido Popular para las presentes elecciones generales, podemos ver que son cuatro los principales ejes sobre los que gira: la generación de un clima de confianza social y económica vital para la senda recuperación española; la apuesta por el empleo, como elemento más acuciante actualmente en España; la puesta en marcha de reformas básicas estructurales que atajen la raíz de los principales problemas del país; y el impulso y mejora del actual sistema educativo español, encaminado hacia la calidad, la excelencia y la igualdad de oportunidades.
En un documento de más de 200 páginas, el Partido Popular, realiza un riguroso repaso –con diagnóstico previo de cada uno de ellos- acerca de temas capitales como la economía (empleo, fiscalidad, fomento, industria, agricultura y ganadería…), educación y ciencia (general, formación profesional, universidades…), bienestar social (sanidad, pensiones, igualdad e integración…), administración pública (transparencia, austeridad y control de lo público) y política (regeneración política e institucional, justicia, seguridad, cooperación y diálogo exterior…), que dan buena cuenta del compromiso real del Partido Popular con la sociedad española, en aras a satisfacer ese deseo de cambio existente en la actualidad, con un objetivo común y compartido: la recuperación de la concordia y el entendimiento entre todos los españoles, guiado por los principios de moderación y reformismo como ejes esenciales de la vida política española, y en definitiva, la recuperación de las bases del progreso y el bienestar.
El próximo domingo 20 de Noviembre, los españoles nos jugamos mucho. Dos modelos de gobierno están en juego: uno, basado en el continuismo político que representa el Partido Socialista, tras años de gestión económica calamitosa en la que los gobiernos de J. L. Rodríguez Zapatero y A. P. Rubalcaba, literalmente “pulverizaron” unas saneadas cuentas públicas, que años atrás habían contado con superávit público, y cuyas fatales consecuencias han sido el descrédito exterior de la “marca España” (y todo lo que ello conlleva), y una de las mayores oleadas de recortes sociales que ha sufrido España en su historia reciente; y otro, basado en el cambio político que representa el Partido Popular y su candidato a la Presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy, en lo que significa otro modelo de gobierno, cuyos aval principal es el éxito de gobierno en años anteriores, (1996-2004) y que los españoles sobradamente conocen.
Las elecciones del #20N, deben ser consideradas además por los andaluces, como la antesala de un cambio de mayor envergadura, nunca experimentado antes por el pueblo andaluz, y que seguramente pronto podrá experimentar, siguiendo el camino ya iniciado recientemente por nuestros vecinos castellano-manchegos y extremeños, me refiero ahora sí a la alternancia política de gobierno en Andalucía, una región que sin duda, va a convertirse en la llave del cambio político en los comicios electorales del próximo domingo.
Concluyo mi reflexión, con unas palabras pronunciadas por el dirigente popular Alberto Ruiz Gallardón, alcalde de la villa de Madrid y miembro destacado en la Candidatura del Partido Popular por la circunscripción madrileña al Congreso de los Diputados, quién concluía así su intervención en el reciente “debate a cinco” celebrado en la televisión pública española: “El 20 de noviembre, esta en juego la superación de la crisis, no el triunfo de un partido sobre otro, sino algo más importante: que España salga adelante. El Partido Popular cree en la capacidad de los españoles y tiene un proyecto para conseguirlo, un proyecto conjunto para toda la sociedad…”.
J. Alberto Benítez Amado – @jalbeam
Licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración por la Universidad de Granada
Vocal del Partido Popular de Villanueva del Duque
Viernes 18 de noviembre a las 20 h en el Salón Polivalente
INTERVIENEN:
José A. Nieto
Presidente provincial y Alcalde de Córdoba
Jesús Aguirre
Senador del Partido Popular
Marisa Medina
Alcaldesa de Villanueva del Duque
«Las diputaciones provinciales, deberán promover la prosperidad social y económica de cada provincia” Constitución de 1812
Hace ya unos meses, que el candidato socialista a la presidencia del Gobierno Alfredo P. Rubalcaba, lanzó en pleno debate de los recortes en las administraciones, la posibilidad de suprimir de una “estacada” las diputaciones provinciales, por ser en palabras suyas “una cuarta Administración que sobra, y que permitiría a un ahorro total de mil millones de euros y mil cargos políticos”, una propuesta polémica y arriesgada que provocó toda una oleada de protestas públicas, incluso entre miembros destacados dentro del PSOE que se alzaron en contra (el mismo presidente de la Junta de Andalucía, defendió el mantenimiento de las mismas).
Lejos de ser una eventual “ocurrencia” de las que los socialistas españoles nos han tenido acostumbrados en los últimos tiempos, el líder de los socialistas, la volvió a poner encima de la mesa, el pasado lunes, en el debate electoral que mantuvo con el candidato del Partido Popular, Mariano Rajoy, lo que me ha hecho que tras un largo tiempo queriendo escribir al respecto, me haya inclinado a hacerlo definitivamente.
Somos muchos los politólogos, juristas y constitucionalistas, que ponemos en valor el verdadero papel que juegan estos entes político-administrativos, al considerar el papel ejemplar que éstos tienen en procesos de asistencia técnica, jurídica y económica a los municipios, sin olvidar la cobertura de servicios mínimos que llevan a cabo en algunos pequeños municipios.
Así autores como J. Santamaría, Catedrático de Ciencia Política de la Universidad Complutense de Madrid, abogan por una “completa reforma del sistema político territorial encaminada a una mejora de la optimización de los recursos, que facilite en último término un mejor acceso de los ciudadanos a las instituciones”.
El propio Partido Popular, el pasado mes de julio, presentó en Pontevedra, en una reunión de M. Rajoy con una treintena de presidentes populares de diputaciones, cabildos y consells de España, un manifiesto en favor de un plan de reforma y reordenación institucional y competencial de las administraciones públicas españolas, cuyos principios básicos serían el compromiso con la austeridad político-presupuestaria (que permita incluso la eliminación de duplicidades y de órganos innecesarios), una mayor transparencia en la gestión eficiente y económica de los recursos públicos, y el apoyo a la creación de empleo y garantía de las políticas sociales, siempre abogando por un funcionamiento racional, justo y equilibrado, amparado en una nueva y reformada Ley Básica del Régimen Local (respeto a la autonomía de los Entes Locales), y en una nueva propuesta de reforma de la financiación local, que en su caso delimite política y económicamente un núcleo claro de competencias propias y funciones delegadas en razón de una mayor cercanía al vecino y el menor coste de prestación de servicios básicos
Es innegable la necesidad de emprender una rigurosa y eficaz actuación de reordenación del sector público, pero desde el Partido Popular creemos que en aras de alcanzar ésta, resultaría injusto y equivocado llevarse por delante a unas instituciones de tanta relevancia política y social como las diputaciones. No hay que olvidar que las diputaciones provinciales son instituciones político-administrativas que acumulan más de doscientos años de historia.
Desde el Partido Popular, creemos en la existencia de las diputaciones provinciales entendidas como administraciones territoriales con competencias propias y autonomía para la gestión de sus intereses, fundamentando su indispensabilidad en la labor técnica y público-administrativa que brindan a los pequeños y medianos municipios.
El pasado mes de Agosto, el diario ABC Córdoba, realizaba un interesante y valioso repaso a lo largo de la historia de la institución provincial cordobesa, entre cuyas primigenias actuaciones encontramos el diseño de los grandes hospitales de la capital, los colegios provinciales, o la elaboración de la red de caminos provinciales y el abastecimiento de la red de aguas de municipios de la provincia.
Casi doscientos años después, la Diputación provincial de Córdoba, cuya sede principal se encuentra en el Palacio de la Merced, ofrece servicios imprescindibles a un total de 476.561 habitantes de 74 municipios de la provincia, a través de las conocidas empresas públicas provinciales Epremasa –empresa pública dedicada a la recogida y tratamiento de residuos sólidos urbanos-, Eprinsa –empresa pública encargada de la informatización y asistencia técnica informática a un gran número de ayuntamientos de la provincia- o Emproacsa –empresa pública encargada de la gestión del agua en 65 municipios cordobeses-. Igualmente, el área de influencia de esta administración se extiende a lo largo de todo el territorio cordobés a través de una red viaria de casi 2.000 kilómetros de carreteras (la más extensa de Andalucía), cuyo mantenimiento depende directamente de las arcas provinciales, cuyo presupuesto gira en torno a los 11 millones de euros, o el trascendental Consorcio Provincial de Extinción de Incendios, que presta cobertura a los 73 municipios consorciados.
Una amplía carta de servicios públicos que independientemente de su gestión a lo largo de los últimos años, son en general positivamente valorados por los contribuyentes cordobeses, especialmente por aquellos que residen en comarcas como la de Los Pedroches, marcadas históricamente por un evidente atraso social y económico, lo que realza el papel de estas administraciones al servicio de las necesidades más esenciales y perentorias de ciudadanos que como los villaduqueños se benefician de ellas.
Termino concluyendo esta breve reflexión, aludiendo al titulo de la misma. “Es la economía, estúpido”, fue un eslogan político de éxito en la campaña electoral norteamericana de B. Clinton contra G.Bush que dejó al presidente republicano en un solo mandato. Dicho eslogan podría perfectamente valer para la actual campaña electoral española, en unas elecciones legislativas, cuyo debate central se centra, por la delicada situación en la que nos encontramos, en la materia de recortes y en la lucha por sanear unas malogradas cuentas públicas herencia de una desastrosa gestión económica socialista…
La variante introducida, “son las autonomías… estúpido”, intenta despertar la atención de todos aquellos cuantos puedan caer en el error de centrar los recortes públicos en administraciones, en las administraciones públicas locales, o provinciales, como el candidato Rubalcaba, que en pleno debate electoral llego a afirmar que la labor principal de las diputaciones podía ser prestada de igual forma por las comunidades autónomas. Una vez más, el candidato socialista se equivoca, y mucho, ya que como coinciden al unísono una gran masa de ciudadanos, políticos y expertos, el “quid de la cuestión” se encuentra precisamente en los entes político-administrativos autonómicos, que han crecido y crecido de manera desorbitada para convertirse en muchos casos en “gigantes administrativos” al servicio del despilfarro y la gestión ineficiente de unos recursos públicos cada vez más escasos. Si bien es cierto, que han crecido en paralelo a un progresivo incremento competencial, éste no puede justificar tales ineficiencias e inoperancias. Mientras, los entes locales y municipales (municipios, mancomunidades, diputaciones, cabildos, consejos…) siguen siendo los grandes olvidados en España, por no decir maltratados, cuando recordamos las deficiencias económico-financieras a las que se ven expuestos diariamente. Y es que en la actualidad, los entes locales en España gestionan poco más del 13% del gasto público, lo que está lejos de la media europea, que se sitúa cerca del 25%, lo que demuestra una vez más que el desarrollo del gobierno local en España, sigue siendo una tarea pendiente de la democracia española.
Nadie puede ignorar la cada vez más necesaria reordenación de los organismos territoriales en España para que sean más eficientes y se pongan fin a las duplicidades existentes entre administraciones, por ser uno de los grandes males del actual Estado español de las Autonomías, pero no es menos evidente, que ésta debe acometerse primera y principalmente en las entidades autonómicas, y no en las entidades municipales y supramunicipales, las grandes perjudicadas en esta España descentralizada política y administrativamente.
J. Alberto Benítez Amado
Licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración.
(Universidad de Granada)
Vocal del Partido Popular de Villanueva del Duque
España necesita un gobierno fuerte para afrontar la complicada situación en la que se encuentra. En 1996 lo hicimos posible, y ahora con vuestro apoyo podemos volver a hacerlo.
¡¡ Súmate al cambio !!
Vota Partido Popular.
El Partido Popular de Córdoba ha publicado sus listas para el congreso y el senado por la provincia de Córdoba. Como candidatos/as a diputados/as figuran:
1.- Federico Cabello de Alba
2.- Rafael Merino
3.- Fernando López Amor
4.- María del Carmen Mingorance
5.- Mª Isabel Medina
6.- Eva Cobos
La candidatura de Marisa es sin duda un reconocimiento a su incansable trabajo y la solidez de su gestión como Alcaldesa, que le hacen seguir ganándose el respeto de los vecinos y vecinas, y de los compañeros y compañeras de partido.
Enhorabuena a Marisa.
Partido Popular de Villanueva del Duque